lunes, 20 de noviembre de 2017

Mis ganas



Tengo ganas de acariciarte a besos. De comerte la boca. De penetrar el armazón de tu corazón. De hacerme el único dueño de cada uno de tus sentimientos.

Tengo ganas de extraviarme en tu regazo por la noche y liar entre tus sueños de madrugada. Despertarme con tu esencia sobre mi pecho y tu mirada en mi mirada.


Que el insomnio contigo es desearte cada vez más. Que ya no quiero ir a dormir, sin ti. Que cuando estás conmigo pierdo el sentido del oído entre tanto ruido que habita en nuestro alrededor

Que si no estás conmigo, gano dos sentidos más para buscarte entre tanto silencio. Que yo no quiero tranquilidad sin huracán. Que me das calma ante la tempestad de mis problemas. Que me quitas la tregua porque te gusta la batalla. Que quiero estar junto a ti cada mañana.



Porque verte dormir será la mejor manera de no poder dormir.

Porque si no duermo cuando esté a tu lado, será por culpa de las ganas que tengo de ti.



— Erick Verástegui

miércoles, 22 de febrero de 2017

Trecho

Me gustaría volver a pasarla tan bien contigo,
con prisas hasta la fuente donde corría ese frío,
y encontrarte allí,
y volver a reír allí,
y volver a mirarte
y a no dejar de hacerlo.

Es curioso… porque te has ido,
y vuelvo a tener esa pequeña ilusión,
pero sólo cada vez que pienso en ti.

Mi corazón está herido,
dice que quiere estar allá contigo,
que quiere que lo adoptes
y que ahora no sabe cómo hacerlo
y yo le digo bajito… casi como si no me creyera,
que esta vez no piensas volver,
que esta vez, tendrás que quererte solo.

Que sus manos ya no están… se han ido
y que sus ojos prefieren el atardecer perfecto,
y la tranquilidad de ese puerto,
el de sus más bajos deseos.

Voy a echarte de menos,
voy a quererte hasta dejar de hacerlo
voy a saborear esa sangre llena de ti,
que sin tenerte ya corre por mis venas
y créeme, voy a estar bien.

Porque aunque ya no estés conmigo,
sigues aquí como un recuerdo,
un fragmento de mi vida que no soltaré
hasta que entienda,
que ese cóncavo en donde antes yo dormía
ha dejado de ser el cóncavo
en donde aprendí a soñar.

Voy a querer que vuelvas hoy,
voy a querer verte mañana,
y voy a echarte de menos.